Sin corresponsabilidad no hay igualdad

Con motivo del Día de la Igualdad en B. Braun, hoy 9 de marzo, efeméride del séptimo aniversario del primer Plan de Igualdad de la empresa en España, lanzamos una campaña en todos nuestros centros de trabajo nacionales para reflexionar acerca del reparto corresponsable de las tareas cotidianas. Hemos distribuido posters con los datos reales de nuestra plantilla en 2022 respecto a los permisos vinculados al cuidado de personas en el hogar. En ellos podemos ver cómo los cuidados siguen recayendo, mayoritariamente, en las mujeres lo cual comporta la reducción de su salario perpetuando, por lo tanto, el aumento de las diferencias económicas respecto a sus compañeros.

¿Qué es la corresponsabilidad?

Cuando hablamos de igualdad nos viene rápidamente a la cabeza el aspecto económico y la problemática histórica de los derechos de las mujeres respecto a los hombres. Pero, si centramos la mirada en el ámbito doméstico, la igualdad toma otras muchas formas y emergen conceptos como corresponsabilidad o carga mental. El Ministerio de Igualdad define la corresponsabilidad como el reparto equilibrado de las tareas domésticas y de las responsabilidades familiares, tales como su organización, el cuidado, la educación y el afecto de personas dependientes dentro del hogar, con el fin de distribuir de manera justa los tiempos de vida de mujeres y hombres.

¿Qué significa, en la práctica, ser corresponsable?

Ante la pregunta ¿Contribuyes a los gastos de tu hogar? Seguro que la respuesta es sí, pero, como bien sabes, cuidar de un hogar implica mucho más que pagar facturas a final de mes. Saber qué alimentos faltan en la despensa e ir al supermercado a comprarlos, idear un menú equilibrado para toda la semana, hacer el cambio de armario en cada estación, programar la visita médica para la vacuna de tu pequeña, acompañar a tu madre a renovar el DNI o saber cuándo debe entregar el proyecto escolar tu hijo son solo una pequeña muestra de las decenas de responsabilidades que asumimos como parte de nuestra rutina familiar. Ser consciente del reparto de esas responsabilidades, tanto las que suponen la ejecución de una tarea como las que suponen carga mental, es esencial para poder hacer un reparto justo de las mismas. No se trata de “ayudar” sino de responsabilizarse de todas las tareas de forma equilibrada. Recuerda: sin corresponsabilidad no es posible la igualdad.