B. Braun acoge el primer encuentro de mujeres hemodinámicas con perspectiva de género

El pasado mes de abril tuvo lugar a las instalaciones de B. Braun, en Rubí, un encuentro de cardiólogas intervencionistas que reunió a 19 doctoras procedentes de hospitales de referencia de toda España. De la mano de las doctoras Fina Mauri, exdirectora de la Unidad de Hemodinámica y Cardiología Intervencionista del Hospital Universitari Germans Trias i Pujol; Maite Alfageme, cardióloga intervencionista en el Hospital Universitario de Álava (HUA), y Belén Cid, presidenta de la Sección de Hemodinámica y Cardiología Intervencionista de la Sociedad Española de Cardiología, se trató el papel de las mujeres dentro de esta especialidad todavía muy masculinizada. Mediante sus relatos, explicaron cómo la visibilidad y la igualdad son imprescindibles para continuar avanzado en la integración de las mujeres en esta especialidad. La jornada se completó con la exposición de diferentes casos clínicos de cardiología intervencionista.

Visibilidad ganada con mucho esfuerzo

Hace más de 30 años solo había 5 mujeres hemodinámicas en España, una de ellas la Doctora Fina Mauri, y actualmente el 25 % de los cardiólogos intervencionistas son mujeres. Un cambio muy favorable conseguido gracias a trabajar con constancia para hacerse un lugar en la profesión y a la solidaridad entre las profesionales, explicó Mauri.

Y es que un elemento clave que destacaron las tres doctoras durante sus charlas fue la importancia de tener referentes femeninos dentro de la hemodinamia. "No es lo mismo una sala de hemodinámica con un predominio de mujeres a estar sola, porque entre nosotras nos apoyamos y nos entendemos", explicaba la Dra. Maite Alfageme.

Un techo de cristal todavía muy presente

Si bien es cierto que durante el encuentro se ha destacado el aumento de mujeres hemodinámicas, también lo es que la igualdad cada vez es más difícil de alcanzar cuando miramos a los puestos de trabajo más altos de la pirámide: las jefaturas de secciones, el liderazgo de equipos o de proyectos. Es decir, hay muchas más mujeres en lugares de trabajo base dentro de la cardiología que dirigiendo.

“No es suficiente con que haya mujeres cardiólogas intervencionistas, sino que es necesario que ocupen lugares de liderazgo que empoderen y den un empujón a las recién llegadas”, detallaba la doctora Belén Cid, la tercera mujer de la historia al ser presidenta de la sección de Hemodinámica y Cardiología intervencionista en España. "El hecho que haya una mujer que lidera, hace que otras mujeres se sientan identificadas y piensen, ¿si ellas pueden por qué yo no?"

Es por este motivo que las doctoras recalcan la necesidad de tener mujeres en posiciones de liderazgo que sean capaces de inspirar y crear un espacio seguro para todas aquellas mujeres que quieran iniciar su carrera en la cardiología intervencionista. De hecho, para la doctora Mauri no es solo una necesidad, sino un deber hacia las demás compañeras. "Nosotras mismas tenemos que ser conscientes y responsables que tenemos el deber de ser modelos inspiradores y que, gracias a esto, muchas más mujeres puedan interesarse en la cardiología intervencionista"

Las radiaciones durante el embarazo y la falta de oportunidades

Dos de los principales motivos por los cuales una mujer no escoge esta rama de la cardiología es por la falta de oportunidades y por el miedo a las radiaciones durante el embarazo. En cuanto al primer punto, la doctora Cid destacaba en su intervención que se tiene que trabajar para garantizar un acceso en la profesión equitativo entre hombres y mujeres y también para conseguir la igualdad de condiciones en la financiación de los proyectos.

En cuanto a las radiaciones durante el embarazo, es un tema que acostumbra a preocupar mucho a las mujeres jóvenes, puesto que, en caso de quedarse embarazada, la cardióloga intervencionista recibe la recomendación de no continuar trabajando dentro de la sala de operaciones desde el primer momento. Es por eso que, uno de los puntos clave para trabajar hacia la igualdad de oportunidades que explicaba la doctora Cid, es elaborar un documento para obtener un consenso global para que esto no penalice a la mujer. "Que si decide salir de la sala, conserve su lugar y reciba el mismo trato que los compañeros hombres, pero si decide que quiere seguir trabajando, se la proteja. Esto, hoy en día, es lo más importante y necesario".